Bogotá, D.C., 24 de noviembre de 2023. El bienestar de los estudiantes trasciende las calificaciones o el éxito académico; se trata también de su capacidad para manejar el estrés, las relaciones interpersonales y los retos psicosociales. Al abordar temas como la prevención del suicidio, la violencia, el consumo de sustancias, el acoso escolar y otros problemas psicosociales, se está contribuyendo a la creación de un entorno educativo que no solo informa, sino que también forma.

En la búsqueda de esas metas, el Entorno Cuidador Educativo, desde la estrategia SintonizArte y el programa “Prevención de eventos en salud mental y problemas psicosociales para escolares”, ha realizado 174 sesiones, en las que han participado 3.800 estudiantes, de 18 instituciones educativas que hacen parte de las cuatro localidades que cubre Subred Sur Occidente.

Cada sesión es una oportunidad para que los estudiantes aprendan habilidades vitales para la vida, tales como:

Resiliencia emocional: aprender a enfrentar y superar los desafíos emocionales y los reveses.

Inteligencia emocional: reconocer, comprender y manejar las propias emociones y las de los demás.

Habilidades sociales: desarrollar la capacidad de interactuar de manera positiva con los demás, incluyendo la comunicación, la empatía y la resolución de conflictos.

Autocuidado: entender la importancia de cuidar de la propia salud mental y física, y conocer estrategias para hacerlo.

Conciencia crítica: analizar críticamente la influencia de las redes sociales y las TIC en su comportamiento y percepciones.

Los profesionales de la salud que brindan este acompañamiento son cruciales, ya que proporcionan un modelo a seguir y un espacio seguro para que los estudiantes expresen sus preocupaciones y fortalezcan sus conocimientos.

Ellos también promueven la idea de que buscar ayuda no es una debilidad, sino una parte importante del autocuidado y la gestión de la salud mental. Ampliar estas iniciativas en el sistema escolar ayuda a no estigmatizar los problemas de salud mental y a promover una cultura de apoyo y comprensión.

La colaboración entre educadores, psicólogos, trabajadores sociales y otros profesionales de la salud mental es esencial para mantener y expandir estos conocimientos. Los resultados no solo se ven en el bienestar inmediato de los estudiantes, sino en la salud a largo plazo de la sociedad, ya que niños y adolescentes con mejor salud mental y emocional crecen para convertirse en adultos más felices, más productivos y resilientes.

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